Faltan pocas semanas para que llegue la navidad y no nos cabe duda de que los más pequeños ya están ansiosos porque lleguen esa fechas y poder disfrutar de las vacaciones y sobre todo de los regalos.
Existe una manera amena de hacerles pasar este periodo de tiempo, los calendarios de adviento. Nos remontamos a finales del siglo0 XIX en Alemania, donde en las puertas o paredes de las casas se pintaban 24 rayas para que los niños pudieses ir tachándolas. Otras familias optaban por poner una corona con cuatro velas y encendían una cada domingo para señalar que estaba cada vez más cerca la navidad. Pero fue en 1902 cuando se imprimió el primer calendario navideño. Tras ver el éxito del calendario se decidió hacerlo más llamativo. Con la compra se adjuntaban veintricuatro fotos que se iban recortando y pegando en los huecos. La imagen final solía ser la de un puzle. Esto tuvo un gran éxito pero no quedo así, s evoluciono un poquito más. Los calendarios comenzaron a tener un grosos de unos 2 o 3 centímetros. Dentro de la casilla que correspondía a cada día del mes había un dulce o bizcocho.
A partir de los años 50 los calendarios de adviento se proclamaron producto número uno en ventas cuando llegaba la navidad. A día de hoy, nos podemos topar con diferentes tipos de calendarios, ya no solo con dulces, también con juguetes, frases de motivación, planes que realizar en estas fechas, etc.
Sigue siendo una tradición muy arraigada en Alemania, pero ha sido adoptada por una gran cantidad de países más. Por lo general todos siguen el mismo modelo_
Si te consideras un manitas y no encuentras el calendario de adviento perfecto no dudes en crearlo tu mismo y sorprender a tus hijos. La ventaja de hacerlo de esta manera es que cada día podrás introducir el regalo que hayas decido y no se llevarán la sorpresa todo el mismo día cuando estén muy entusiasmados.